Tu postura corporal es muy importante para tu salud. Si aprendes a sentarte y caminar bien, evitarás dolor de espalda y contribuirás a tu bienestar. No se trata de que hagas ejercicio diario, sino de que permanezcas en posturas adecuadas.

¡No te agobies! Al principio notarás que te despistas y vuelves a estar torcido. Con constancia, conseguirás tener tu esqueleto en una correcta posición para no perjudicar tus músculos ni huesos.

¿Cómo debes corregir tu postura?

Ante todo, tienes que tener paciencia. Las correcciones posturales son lentas. ¡Esfuérzate para cambiar tus hábitos cuando estás estático y mejorará tu salud! Por ejemplo, usa reposapiés o descansa de vez en cuando en un sillón de relax. Para relajarte, ponte acostado, usa cojín lumbar y colócate frente a una mesa auxiliar adaptada a tu altura siempre que puedas.

En cama, utiliza ayudas técnicas y elementos auxiliares. Elige un colchón viscoelástico para mejorar tu postura. También una buena almohada cervical. Puedes añadir un cojín entre las rodillas si duermes de lado, un cojín de lectura para descansar y un cojín de cuña multifuncional si no te levantas al baño. En personas en sillas de ruedas, añade fajas, cinturones y chalecos de posicionamiento para mejorar el bienestar.

¿Todas las posturas adecuadas son cómodas?

Al principio, seguro que no te resultan cómodas las posturas adecuadas. Sin embargo, esta incomodidad irá desapareciendo paulatinamente, mientras te acostumbras a que tu cuerpo reciba el peso necesario en cada zona. ¡Entrénate para conseguirlo! Si te duele, probablemente es que llevas mucho tiempo maltratando tu musculatura. Entre otros inconvenientes, esto puede provocar cefaleas, problemas gástricos y estrés. ¡Ponle solución cuanto antes!

¿Qué otras acciones mejoran aparentemente tu bienestar?

Los problemas posturales perjudican tus músculos. Si trabajas muchas horas en malas posiciones, es probable que recurras a analgesia para sobrellevar dolor muscular, de cervicales, cuello, mandíbula…

Esto también provoca dolor de cabeza e impide que duermas bien. Puedes llegar a notar mareos o náuseas. ¡Pregúntate cómo te colocas! Antes de recurrir a pastillas, ¡prueba cambios posturales para corregir tus posiciones! Así, la mejora será real.

¿Qué más puedes experimentar aparte del dolor de espalda?

El dolor de espalda es una consecuencia habitual tras horas en malas posiciones. Sin embargo, hay otros síntomas de los que ya te has informado, tales como los dolores de cabeza, las náuseas, los mareos e incluso la falta de aire. Cuando tienes muchas contracturas, estas pueden presionar tus pulmones. En consecuencia, estos reciben menos nutrientes. Esto provoca fatiga, porque necesitas más esfuerzo para la misma oxigenación. Lo notarás cuando padeces cansancio incesante.

Otra cosa que experimentarás es la falta de equilibrio. Intentar mantener una postura sin muchos puntos de apoyo es difícil porque tu posición corporal no se encuentra con el peso repartido como debería. Esta consecuencia también puede disparar tus hormonas relacionadas con el estrés. Por lo tanto, ¡deja de darte largas a ti mismo y corrige tu postura corporal!

Pasos para corregir tu postura

Después de haber leído lo anterior, ya sabes que no es sencillo ni momentáneo, ¡pero debes hacerlo! Sigue estos pasos para intentar que el proceso dure lo menos posible. ¡Tu salud te lo acabará agradeciendo de por vida!

1. ¡Levántate derecho!

Cuando estés de pie, tienes que tener la cabeza levantada. Tu barbilla debe estar paralela al suelo y los ojos de frente. Intenta colocar los hombros hacia atrás. Mete barriga como si fueses un modelo y no te inclines hacia delante ni los lados. Los pies deberían estar en línea con tus hombros. ¡Ahora intenta ponerte en movimiento manteniendo la postura!

Algunos trucos extra:

• Si cargas peso, repártelo en las dos manos a partes iguales.
• Si levantas peso desde el suelo, baja recto y sube recto.

2. ¡Duerme como un adulto!

Nunca debes carecer de un buen colchón cuya firmeza se adapte a tus necesidades. ¡La almohada también es importante! Tu columna vertebral tiene que alinearse con tu cabeza. Si duermes boca arriba y boca abajo, intenta cubrir los huecos generados. Si duermes de lado, procura dormir con un cojín entre las piernas.

3. ¡Siéntate bien!

Sobre todo si trabajas sentado, ¡siéntate correctamente! Son muchas horas las que pasas así, incluso cuando comes. Utiliza sillas ergonómicas con respaldo adecuado y ten la mesa a la distancia ideal para no forzar tus músculos. Las piernas: rectas y paralelas, con los dos pies en el suelo. Si necesitas una ayuda extra que te lo recuerde, rememora a aquel profe del colegio que siempre te decía que te sentases bien. ¡Tenía razón, hazle caso!

Si la postura de otros depende de tu comportamiento, intenta ayudarles. ¡Siéntalos bien!

Así que ya sabes, pon en marcha estos consejos para mejorar tu postura y seguro que te empezarás a encontrarte mejor